En sus casi treinta años de servicio en la CIA, el agente Dew Phillips jamás había visto algo parecido. Se están produciendo casos aislados de violencia extrema sin motivo aparente. Ciudadanos corrientes se convierten en brutales asesinos y atacan a sus amigos, familiares, incluso a sus propios hijos. Los síntomas incluyen paranoia, esquizofrenia y comportamientos agresivos. Para la epidemióloga Margaret Montoya, este caso supone el mayor desafío de su carrera. Ambos se verán inmersos en una carrera a contrarreloj para acabar con tan extraña epidemia antes de que los medios destapen la noticia y el pánico cunda por todo el país. Para Perry Dawsey todo empieza con fuertes picores y unos extraños bultos azules de forma triangular que aparecen bajo su piel. En realidad se trata de parásitos microscópicos que intentan controlar a su huésped manipulando sus niveles hormonales e inundando su cuerpo con neurotransmisores, lo que provoca un aumento de la agresividad. Perry también experimenta los mismos síntomas que el resto de la gente, salvo por un matiz: él ya es un psicópata violento. Pero ahora deberá hacer uso de todo su autocontrol para mantener a raya su agresividad y deshacerse de los triángulos antes de que sea demasiado tarde.