Se llamaba Henrietta Lacks. Era una campesina cuyas células, que fueron tomadas sin su conocimiento, siguen vivas a pesar de que ella lleva muerta más de sesenta años y se han convertido en una de las herramientas más importantes de la medicina: fueron vitales para el desarrollo de la vacuna contra la polio, desvelaron secretos sobre el cáncer o los virus, ayudaron a realizar importantes avances como la fertilización in vitro o la clonación y han sido compradas y vendidas por laboratorios de todo el mundo, generando grandes beneficios económicos a la industria farmacéutica. Sin embargo, su familia, que no puede permitirse pagar un seguro médico, vivió cincuenta años sin conocer la historia de Henrietta, y todavía hoy lucha por defender el legado de su madre y abuela.
La periodista y escritora científica Rebecca Skloot realiza una apasionante labor de investigación que nos transporta desde la pequeña y decadente ciudad natal de Henrietta, en los años cincuenta, hasta el Baltimore actual, en un viaje extraordinario que mezcla las vivencias de la actual familia Lacks con la historia de unas células que todavía hoy son un misterio de la biología.