Edward Snowden, la NSA y el estado de vigilancia de EE.UU.
En mayo de 2013, Glenn Greenwald partió rumbo a Hong Kong para reunirse con una fuente anónima que afirmaba tener pruebas pasmosas de espionaje gubernamental generalizado e insistía en comunicarse sólo mediante canales muy encriptados. La fuente resultó ser Edward Snowden, contratista de la NSA de veintinueve años, cuyas revelaciones sobre las extendidas y sistémicas actuaciones de la agencia demostraron ser una de las noticias más explosivas y trascendentales de la historia reciente, lo que desencadenó un encarnizado debate sobre la seguridad nacional y la privacidad en la información. Mientras las discusiones suben de tono y el gobierno estadounidense contempla diversas propuestas de reforma, está claro que aún no sabemos cuál será el verdadero impacto de las revelaciones de Snowden.
Ahora, Greenwald encaja por primera vez todas las piezas: relata su intensísimo viaje de once días a Hong Kong, analiza las numerosas implicaciones de la vigilancia detalladas en sus reportajes en The Guardian, y saca a la luz nueva información sobre el abuso de poder sin precedentes de la NSA con documentos inéditos que le confiara el propio Snowden.
Más allá de los pormenores de la NSA, Greenwald también se enfrenta en este libro al estamento mediático, criticando duramente que evite como norma las coberturas informativas que puedan generar algún tipo de confrontación con el gobierno y no se ponga al servicio del interés público. También se pregunta qué significa, tanto para los individuos como para la salud política de un país, el que un gobierno se inmiscuya de forma tan invasiva en la vida privada de sus ciudadanos, y se plantea qué salvaguardas y formas de supervisión hacen falta para proteger la democracia en la era digital.
En un momento clave de la historia norteamericana, Snowden. Sin un lugar donde esconderse es una aportación audaz, incisiva, esencial, a nuestro conocimiento del estado de vigilancia de EE UU.
Reseña:
«Quizá el más influyente escritor sobre las libertades civiles en la Red.»
American Prospect