Morten Storm siempre fue un yihadista poco convencional. Danés, pelirrojo y de metro ochenta y cinco de altura, pasó su adolescencia metiéndose en líos con su banda de moteros y entrando y saliendo de la cárcel. Hasta que un día leyó un libro sobre Mahoma que le cautivó y se embarcó en una metamorfosis que lo llevaría a una escuela de yihadistas en Yemen, a llamar a su hijo Osama —en homenaje a Bin Laden— y a convertirse en amigo personal de Anuar al-Aulaki, el rostro más conocido de Al Qaeda en la península arábiga.
Durante diez años, Storm buscó darle sentido a su vida a través del salafismo más radical. Luego, tan rápido como había venido, su fe se diluyó y Morten se dejó seducir por los cantos de sirena de las agencias de espionaje más importantes del mundo, muy interesadas en su red de contactos. Así fue como acabó trabajando para los servicios secretos daneses, el MI5 y la CIA, en misiones de altos vuelos en las que durante cinco años se jugó la vida. Todas con un solo objetivo final: acabar con al-Aulaki.
«Como un guión para una película de James Bond escrito por los hermanos Coen.» Washington Post
«Escalofriante. El sargento Brody de Homeland hecho carne y hueso.» GQ
«Es tanto una lectura apasionante como un relato desde dentro del espionaje occidental en la era de Al Qaeda, y una valiosa mirada a los dos bandos de una guerra subterránea y letal.» The New York Times Book Review
«No existe ningún otro libro en el que el protagonista haya tenido un papel tan principal para los servicios secretos occidentales y, aún más importante, esté preparado para revelar tanto.» The Guardian