Los que piensen que no puede haber épica proletaria, que la épica es propiedad de los griegos de las Termópilas, de los jinetes azules de Custer o de los estudiantes del 68, están equivocados: a principios del siglo pasado, entre proletarios de humeantes fábricas oscuras, bares de mala muerte, calles sin farolas, barrios hacinados y sueldos casi inexistentes, se gestó un levantamiento obrero cuya protagonista fue una Cataluña enloquecida, que parecía habitar en un universo distinto.
En este ambicioso proyecto, Paco Ignacio Taibo II recorre los vericuetos del movimiento anarcosindicalista más importante de España, que demostró que tanto el Estado como el «reino» de los burgueses son aparatos que tiemblan ante las multitudes que se rebelan. Que sean fuego las estrellas es una historia de proletarios y burgueses, y de la reivindicación de aquellos principios que hoy, equivocadamente, parecen de mal gusto: el deseo de justicia y libertad.