Los RAD son por fin libres y Lala puede exhibir sus colmillos con orgullo. Pero, de pronto, su padre le hace una visita sorpresa y ella entra en pánico. El señor D considera que los RAD deben ir a un instituto exclusivo, pero Lala no está dispuesta a renunciar a los derechos por los que tanto han luchado ella y sus amigos. Cuando oye hablar de un glamuroso concurso que otrorga al instituto ganador una suma monstruosa y el papel protagonista en una campaña publicitaria nacional, ¡Lala decide morder! Padre e hija se enfretan en una batalla por los alumnos de Salem. Draculaura está decidida a salvar Merston High... aunque podría morir (por segunda vez) en el intento.