Doc y Valentín están jugando al escondite cuando el dragón encuentra un peluche perdido. El peluche no se separa de Valentín, y el dragón empieza a agobiarse. Cuando su dueño aparece para llevárselo, Valentín se pone muy triste. Por suerte, el peluche no era el juguete que el niño había perdido. Valentín se da cuenta de que no quiere separarse del pequeño peluche así que decide adoptarlo como su mascota.