A veces, cuando una persona muere, su espíritu se queda entre los vivos. Algunos no quieren marcharse, otros han dejado algún asunto pendiente, y otros ni siquiera saben que han muerto. Alba es una chica que posee un don: puede ver y comunicarse con los fantasmas. Aunque Alba intenta llevar una vida normal, su abuela, que también tiene el don, le recuerda que tiene un deber: ayudar a las almas a ir hacia la luz y encontrar la paz. Un día el camino de Alba se cruza con el de Pablo, un médico que acaba de llegar al pueblo y que está dispuesto a descubrir su secreto.