Lynn Zapatek limpia las habitaciones del hotel Eden, y lo hace a conciencia. Mientras se deleita revisando cada rincón, despierta en ella una fascinación por los objetos de los huéspedes: libros, neceseres, notas, zapatos, medicamentos… Los mira, los huele, los toca, y a través de ellos imagina la vida de sus dueños. Al principio Lynn es cautelosa, pero cada vez se vuelve más descarada: no sólo investiga la ropa ajena, sino que también se la pone.
Un martes, Lynn está en la habitación 303 cuando ya hace tiempo que debería haberse marchado. Oye pasos en el pasillo, la llave se introduce en la cerradura y sólo tiene un escondite: se mete debajo de la cama y pasa la noche allí. A partir de ese día, cada martes vuelve a esconderse en el mismo sitio, desde donde escucha, siente e imagina la vida de los ocupantes de la habitación.
La camarera es el intenso retrato de una joven que quiere saber cómo consigue la gente lo que tanto le cuesta a ella: llevar una vida normal. Hay algo de lo que no cabe duda: después de leer La camarera nunca volverás a dormir en un hotel sin mirar debajo de la cama. «Una novela perfecta, honesta e inquietante a la vez… Markus Orths convierte el estrecho y polvoriento espacio de debajo de la cama en un paraíso de percepción, en ese espacio infinito donde todo es posible», Frankfurter Rundschau.