Un thriller vertiginoso instalado en los años de la transición española que nos muestra su rostro menos conocido.
A través de Pinacho y Carlota, dos agentes del CESID que se reencuentran en el curso de una investigación, nos sumergimos en un relato donde lo que comienza como un simple seguimiento, se convierte en una trama de intriga y asesinatos cuyo origen se remonta a los años de la transición. Habrán de recorrer parte de ese pasado para resolver los crímenes actuales.
Un topo infiltrado en ETA, espías del CESID, un comando etarra, un superviviente de los GAL, militares golpistas... elementos altamente combustibles cuando se les acerca en exceso.
Los protagonistas descubrirán qué parte de la historia les corresponde a cada uno de ellos. Cuánto habrán de recordar y cuánto dejar en el olvido. Un equipaje que les ayudará a determinar cuando habrán de tomar la bifurcación de su propio camino.
Una mirada penetrante hacia el país -como nos muestra su investigación de la masonería en la II República- hablan de su interés por la memoria histórica y su recuperación, así como sus convicciones acerca de éstas como garantes del debate de ideas y la construcción de la civilidad.