Saben que su sueño se juega en cada estrofa y se dejan el alma para emocionarnos y levantarnos de nuestros asientos, para estremecernos hasta enchinarnos el cuero. Lloramos con sus lágrimas, vivimos sus miedos e inseguridades y sufrimos con cada decisión de los coaches como si también nos fuera la vida en ello.
Roqueros, divas, currantes de las tablas, cantantes de musical, amateurs; quejíos flamencos, voces rotas, con esencia o personalidad, otras que traspasan... o aquellas que solo se prodigan en la ducha. Es su oportunidad más esperada. Han llegado para decirle al mundo que pueden y quieren ser LA VOZ.
Si crees que una voz es incapaz de despertar más emociones, estás equivocado: nos hemos colado en el backstage, recorrido el corredor de la muerte y subido al escenario para desvelarte todos los secretos y lo que nunca se vio de uno de los programas de mayor éxito de televisión —Premio Ondas 2012—.